Festividad San Felipe Neri
El próximo día 26 de mayo, tendrá lugar la celebración de la festividad de San Felipe Neri, a las 20 horas, en la iglesia del mismo nombre, donde se oficiará una Misa Concelebrada.
Este año coincide con el 150 aniversario de la reconciliación de la antigua iglesia del Santo Espiritu (17 de mayo de 1859), pasando a denominarse de San Felipe Neri.
75 años de penitencia en amarillo y morado
La Juventud Oratoriana, en Sant Felip Neri.
La Juventud Oratoriana celebra este año sus tres cuartos de siglo de existencia tras su concepción en plena Segunda República.
A la Juventud Oratoriana de Sant Felip Neri no le achantan las dificultades. Una de las pocas cofradías que puede presumir de haber nacido durante la Segunda República, cuando "funcionaba un poco de tapadillo", según Juan José Terrassa, su flamante presidente, celebra este año el 75 aniversario con una salud envidiable. "Somos una cofradía muy joven en comparación con otras", reconoce el presidente.Entre sus en torno a 70 cofrades se encuentra Pedro Mercadal, que nació en el año de su fundación y lleva en ella más de 50 años, con un punto de inflexión en los albores de los 80, cuando arribaron las féminas.En la línea de Terrassa, quien cree que "las procesiones se salvaron con la incorporación de las mujeres", el veterano cofrade recuerda que con su llegada aumentó el número de cofrades en su congregación, "que estuvo a punto de desaparecer".Este año, dos chicas, Laura Morey, de 16 años, y Maria del Lluc Marcial, de 15, se estrenan en la Juventud. "Mi tío empezó aquí, luego mi hermana y después yo, que desfilo desde pequeña", recuerda Marcial, a gusto con el ambiente y deseosa de desfilar con los hábitos en blanco amarillento y morado. "Estás con gente que conoces y te lo pasas bien", abunda Morey.Para Mercadal, los motivos que llevan a los jóvenes, muy numerosos ahora, a integrar una cofradía son los mismos de siempre. "Todos tienen devoción, demostrada de una manera o de otra. Tal vez antes era más fervorosa, pero el objetivo sigue siendo hacer pública esta fe, aunque sea de manera anónima", asegura. Tampoco la Semana Santa ha cambiado mucho a su juicio. "El estilo de la procesión es el mismo, que es el típico de Mallorca: ir todas las cofradías de una iglesia a otra, con los problemas organizativos que lleva organizar a 3.000 o 4.000 personas", asegura, aunque Mercadal dice haber detectado un importante descenso de espectadores. "Antes había muchísima más gente, y el Jueves y el Viernes Santo se cortaba toda la circulación de Palma", recuerda en unos días dedicados a ultimar todos los detalles y a embellecer el paso, Coronat d´Espines, para seguir dando fuelle a una tradición que, confían, perdurará por los siglos de los siglos.
A la Juventud Oratoriana de Sant Felip Neri no le achantan las dificultades. Una de las pocas cofradías que puede presumir de haber nacido durante la Segunda República, cuando "funcionaba un poco de tapadillo", según Juan José Terrassa, su flamante presidente, celebra este año el 75 aniversario con una salud envidiable. "Somos una cofradía muy joven en comparación con otras", reconoce el presidente.Entre sus en torno a 70 cofrades se encuentra Pedro Mercadal, que nació en el año de su fundación y lleva en ella más de 50 años, con un punto de inflexión en los albores de los 80, cuando arribaron las féminas.En la línea de Terrassa, quien cree que "las procesiones se salvaron con la incorporación de las mujeres", el veterano cofrade recuerda que con su llegada aumentó el número de cofrades en su congregación, "que estuvo a punto de desaparecer".Este año, dos chicas, Laura Morey, de 16 años, y Maria del Lluc Marcial, de 15, se estrenan en la Juventud. "Mi tío empezó aquí, luego mi hermana y después yo, que desfilo desde pequeña", recuerda Marcial, a gusto con el ambiente y deseosa de desfilar con los hábitos en blanco amarillento y morado. "Estás con gente que conoces y te lo pasas bien", abunda Morey.Para Mercadal, los motivos que llevan a los jóvenes, muy numerosos ahora, a integrar una cofradía son los mismos de siempre. "Todos tienen devoción, demostrada de una manera o de otra. Tal vez antes era más fervorosa, pero el objetivo sigue siendo hacer pública esta fe, aunque sea de manera anónima", asegura. Tampoco la Semana Santa ha cambiado mucho a su juicio. "El estilo de la procesión es el mismo, que es el típico de Mallorca: ir todas las cofradías de una iglesia a otra, con los problemas organizativos que lleva organizar a 3.000 o 4.000 personas", asegura, aunque Mercadal dice haber detectado un importante descenso de espectadores. "Antes había muchísima más gente, y el Jueves y el Viernes Santo se cortaba toda la circulación de Palma", recuerda en unos días dedicados a ultimar todos los detalles y a embellecer el paso, Coronat d´Espines, para seguir dando fuelle a una tradición que, confían, perdurará por los siglos de los siglos.
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